jueves, 23 de enero de 2020

EL PROYECTO CLIL (AICLE) EN EL CENTRO

La adquisición de una o más lenguas propicia y fomenta la visión y habilidades necesarias para ser un ciudadano europeo. Para que esto ocurra, el primer objetivo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras debe ser la comunicación real promoviendo así el desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico.

Nuestro centro implementa un proyecto de enseñanza llamado CLIL, siglas de las palabras inglesas ‘Content and Language Integrated Learning’ (‘Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lengua extranjera’). El objetivo fundamental es mejorar la competencia comunicativa en inglés, francés y ruso del alumnado para que empiece a utilizar el idioma como instrumento de aprendizaje y de conocimiento.

Una vez que fue aprobado por el Claustro y el Consejo Escolar, el proyecto ha ido evolucionando, pero con el acuerdo de la Comunidad Educativa de realizarlo en todos los grupos de cada nivel, sin realizar ningún tipo de selección del alumnado. Todos los estudiantes pueden recibir este tipo de enseñanza independientemente de las dificultades de aprendizaje que tengan.

El primer año se impartió solo en el nivel de 1º de ESO; al año siguiente continuó avanzando en los niveles de 1º y 2º y en la actualidad se imparte en los niveles de 1º, 2º y 3º de ESO.

La metodología CLIL tiene un enfoque dual, por el cual el inglés, francés y ruso se utilizan para el aprendizaje y la enseñanza tanto de lengua como de contenido. Se trata de una metodología interactiva y comunicativa, en la que el alumnado se siente partícipe del proceso enseñanza-aprendizaje, y desarrolla las destrezas comunicativas para aprender e interaccionar. Por ello, el trabajo en grupo o en parejas es un rasgo fundamental en la mayoría de aulas CLIL eficientes. Un aula CLIL eficiente incluye comunicación estudiante-estudiante, estudiante-profesorado. El papel del profesorado es ofrecer un buen modelo de lenguaje pero adaptándolo al nivel del alumnado. Por todo ello el material que se utiliza es material auténtico y debe adaptarse al nivel de los estudiantes, para que así puedan comparar diferentes perspectivas culturales con respecto a tópicos específicos.

El profesorado debe tener una competencia elevada tanto a nivel lingüístico en inglés, francés y ruso (B2, según el Marco Común Europeo de Referencia) como a nivel de contenido curricular. En nuestro Centro el profesorado está realizando cursos de formación específicos relacionados con este sistema de aprendizaje.

En conclusión, CLIL es un tipo de enseñanza que fomenta en los centros el trabajo cooperativo, la metodología integradora y comunicativa, así como el uso de estrategias, enfoques y destrezas que se adapten a los distintos niveles de aprendizaje.


Primero me centraré en un análisis de la metodología AICLE, en inglés conocida como CLIL”, transcurso, objetivos y roles tanto del profesor como del alumnado.
El aprendizaje integrado de contenidos y lenguas extranjeras (AICLE) fue creado por Marsh en 1994. Según Coyle y Hood (2010) es una metodología que nace como representación de una inmersión lingüística que se aplica a contextos escolares partiendo de la base de que el alumnado es el centro del proceso educativo. Su pedagogía se basa en el aprendizaje de las lenguas extranjeras mediante materias como la historia, las matemáticas, las ciencias, etc. La lengua extranjera se utiliza “para” aprender contenido de otras áreas. Por lo tanto, nos  encontramos ante una metodología que rompe con la idea de materias aisladas e independientes.

No está en mí ánimo presentar una visión triunfalista e irreflexiva de CLIL, y, en ese sentido, pretendo apuntar de manera realista que CLIL representa tanto una oportunidad como una amenaza para la práctica docente convencional.

En esta metodología nos vamos a encontrar ante ventajas tales como su sistema de trabajo, que siempre esta actualizado; esto encaja perfectamente con la educación que hoy en día demanda la sociedad, una sociedad ciberglobalizada que conlleva continuamente replantear, investigar y poner en marcha nuevos métodos de enseñanza. (Marsh, 2000). Otra de las características positivas que definen este método es el éxito en el desarrollo del contenido en las aulas. Se produce así un incremento del uso de las habilidades de conocimiento y repercute directamente de manera favorable en el entendimiento de los estudiantes y el acceso a dicho conocimiento. Esto favorecerá notablemente el interés del alumnado, que se siente
parte del equipo de trabajo gracias al entendimiento del contenido de la asignatura/as. Se produce así un circulo vicioso positivo, donde el alumnado es y se siente figura principal y necesaria para este aprendizaje aumentando así las responsabilidades del educando. (Dalton Puffer, 2007)

Otra de las funciones ventajosas de AICLE es el uso del lenguaje como interacción. Se pone énfasis en la comunicación, en el aprendizaje de la lengua extranjera para comunicarse y no sólo como un conjunto de estructuras gramaticales. Tienen una especial importancia así las situaciones donde el educando va a tener que comunicarse desarrollando mientras otras capacidades como es la habilidad de la comprensión mediante la escucha activa, la oral y sus fonéticas y la correcta pronunciación favoreciendo el entendimiento por parte de los compañeros y compañeras. (Marsh, 2000).  Todo esto fomentará la comprensión internacional en una situación real donde el alumnado requiera lo aprendido y pueda poner en práctica estos conocimientos, demostrando así que le es valioso fuera del ámbito escolar. (Dalton-Puffer, 2007).

A continuación vamos a contraponer esto con las desventajas, en cuanto a la utilización de la  metodología AICLE. Al ser una manera de trabajo tan actualizada, se convierte en un proceso de trabajo muy dinámico que requerirá siempre estar cambiándolo según las necesidades. La renovación conllevará un gran esfuerzo de estudio y labor por parte del docente. (Gallardo del Puerto y Martínez, 2013) Otro de los puntos a nombrar que puede hacer de este un método de trabajo más denso con respecto a otros, como por ejemplo “grammar translation method”, es que las metas no están fijadas. Esto tiene consecuencias ya que a lo largo de un curso esas metas pueden ir cambiando y el profesorado ha de estar inmerso totalmente en el progreso tanto de la clase en conjunto como del alumnado para poder redirigir y conseguir alcanzar las metas que se vayan proponiendo y alcanzando. (Coyle y Hood, 2010)

Como consecuencia de todo esto habrá que estar continuamente, tanto al principio como durante el proceso, haciendo una planificación muy cuidadosa y acertada valorando desde las necesidades más primarias de los/as estudiantes hasta los contenidos requeridos a alcanzar. (Suárez, 2005). Además, el hecho de no haber un acuerdo en el proyecto educativo general de las administraciones educativas, de los centros escolares en conjunto e incluso dentro del propio centro del docente, conllevará muchas más dificultades que si se siguieran las metodologías más tradicionales que conjugan perfectamente con el sistema educativo actual, tan memorístico y encorsetado.

En el caso del alumnado la implantación de la metodología AICLE demanda un papel mucho más activo del que conocemos hoy en día en nuestras aulas. Igualmente, el alumnado tiene la responsabilidad de que su propio aprendizaje sea más útil y provechoso. No será algo aislado sino que se tratará de un trabajo conjunto de educador/a, educando/a y equipo de trabajo. Otra de las funciones que cabe destacar por parte del alumnado, es que este ha de construir su propio entendimiento y ponerse sus propios retos además de aquellos que han sido propuestos por el docente. (Gallardo del Puerto y Martínez, 2013). Esto reafirma el sentido de  responsabilidad en el aprendizaje, no recayendo solo en el profesorado sino también en el alumnado.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario